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Pronóstico del pronóstico del tiempo

Para la noche, se espera que anuncien una baja en la sensación térmica y una ocasional advertencia de caída de granizo.
Hacia el jueves, altas probabilidades de que pronostiquen algunas lluvias y lloviznas con leves menciones sobre el viento éste.
Y para la tarde-noche se espera en los anuncios errores de sintaxis tenues, mejorando hacia el final del discurso.
Hermanos Bladimir recomienda meter todo en bolsas y apagar el televisor.

No-vedades


miércoles, 23 de diciembre de 2009

Compumundo sabe

El siguiente es uno de los tantos carteles que adornan, o adornaban, un local de Compumundo (el cartel es posta). Nuestro periodista Atilio Kalobos, dispuesto a llegar hasta el final del asunto, ligó una entrevista con Lilio Benes, uno de los responsables.


L: Bueno, ¿vas a empezar o qué?
A: Eh, sí... ¿Vos diseñaste el cartel, no?
L: No, no, no, no confundamos. Yo me encargué de todo lo que es signos de puntuación, y eso. Los dos puntos que hay después de "Sr Cliente", todo lo que es comas, puntos seguidos...
A: Sí, conozco los signos de puntuación. ¿Y lo demás quién lo escribió?
L: El boceto original se empieza en Asia, donde se selecciona a los más capacitados chimpancés para sacar en limpio una primera idea del contenido del cartel. Inmediatamente se traslada el boceto a Transilvania, donde el mismísimo Drácula se encarga de corregir los principales detalles de redacción y cohesión sintáctica. Eso se presentó en una reunión de la Cúpula Directiva de Compumundo, donde se decidió -entre otras cosas- que "Aquí" debía ir sin la tilde, ya que el aviso está dirigido más bien a un público mediocre. Convengamos que para comprar una computadora de 5 lucas hay que ser medio forro...
A: Sí, sí, pero decime, ¿cuál es la concepción que ustedes tienen de "quedar al día"? Porque solicitando los préstamo de dinero en efectivo seguís endeudándote.
L: Bueno, bueno. Pensá que "día" viene del latín, dies, que significa tiempo de sol, de cuando los griegos alababan tanto al sol, como a las estrellas... Este... ¿Te respondí la pregunta?
A: Eeehhh... Sí... Pero no me queda claro por qué sin tilde.
L: Porque viene de dies, justamente.
A: Está bien, dejalo ahí. Pero mirá que por más que busque y busque, no logro encontrar una sola tilde en todo el cartel. ¿"Límite" también viene de dies? ¿Ehh? ¿O es todo más bien una política de la empresa?
L: Ehhh... Bueno... yo me encargo de los signos de puntuación.
A: ¿Entonces es tu responsabilidad esa primera coma? ¿Y que la primera oración termine tan temprano? Y dale, ¿qué te costaba ponerle plural a préstamo? ¿Aeh?
L: A ver, pongámoslo así: ¿a vos cuánto te pagan por esta entrevista?
A: Dieciocho pesos, si es que eligen publicarla.
L: ¿Entonces?
A: Sí, pero me bajan 2 pesos por cada error de ortografía. ¿A vos no?
L: No.
A: Bueno, pero me robo tu videocassettera.
L: Dejala ahí o te corrrto los dedos.
A: ¿No me hacés otro café?
L: Tocá de acá.

martes, 15 de diciembre de 2009

El Detective Bonus Track presenta: Embotellamiento Crucial [Sexta Parte]

En el capítulo anterior:
Bonus Track llegó a Londres para detener a una temible mafia rusa y salvar a una agente inocente (si no me creés leete Primera Parte, Segunda Parte, Tercera Parte, Cuarta Parte, Quinta Parte y después me contás). Él, Sherlock Holmes, Nicolás Repetto y Tucán Sin Alas deberán actuar rápidamente si no quieren que esta historia dure más allá de esta sexta parte.
Todo depende de ellos.


Desperté mareado, con dolor en la cabeza, y más tarde se unieron dolores en los brazos y las piernas. Lo primero que vi fue Nicolás Repetto, amarrado a una silla y amordazado, y me supuse en la misma condición. Enfoqué mejor la vista y alcancé a ver a Sherlock Holmes en otra silla. Ambos parecían inconcientes. Más ahora, que se los veía peligrosamente atados. Me tomé unos segundos para relajarme e interpretar concientemente todo lo que había a mi alrededor.
Estábamos en una habitación cerrada. En un rincón descansaban mi mochila, mi arma y lo que reconocí como objetos personales de mis compañeros. En el rincón opuesto, un televisor apagado. Y ya que estamos, un frío sudor recorrió mi frente. Aquí bien cabe aclarar que el colmo de un herrero es tener un hijo tras las rejas. Sin más preámbulos, desperté con gritos suaves a mis dos compañeros.

- Nicolás, despertate.
- Mmm… no quiero ir a Sábado Bus, mamá. Son todos los programas iguales.
- ¡Nico, reaccioná!
- Uh… ¿dónde estamos?
- No sé… ¡Sherlock!

Cuando el detective inglés despertó, su cabeza comenzó a funcionar a toda prisa.

- A ver, pensemos – decía como para sí. – La luz que entra por la ventana es muy tímida, seguro que seguimos en Londres, y para mí que mañana graniza. Aparte de eso, debe haber viento leve del sector sur, mejorando hacia la tarde noche…
- Sherlock, enfoquémonos en salir de acá, ¿sí?
- Perdón. ¿Ven la sombra que produce el pie de esa lámpara sobre el piso y la pared? Si en verdad seguimos en Londres, esto indica que deben ser las siete y media aproximadamente. Lo cual significa que ahora mismo están pasando MacGyver por el canal 27. Eso sin duda nos servirá para escapar.

Con cierta dificultad, Repetto se movió con su silla unos centímetros, hasta alcanzar con su pie un polvoriento control remoto que reposaba en el piso. Hábilmente, logró encender el televisor.

- A ver –participó Sherlock-, estás en el canal 15, andá subiendo.
- Uh, esperá que están pasando repeticiones de Son de Fierro, esto sí que no me lo pierdo.

Ni bien llegó la pausa de Son de Fierro, Nicolás cedió a sintonizar MacGyver. Casualmente, el protagonista estaba atado en una habitación y conseguía escapar generando calor al frotar su calzado contra el piso. Pero cuando estábamos por intentarlo, una voz detrás de nosotros nos quitó las esperanzas.

- No se molesten, que no funciona.

Al voltear, vimos al mismísimo Richard Dean Anderson, también atado, y con sus zapatos completamente gastados en la suela. Sin tiempo a ningún otro chiste, se abrió la puerta, entraron dos robustos rusos y se llevaron al actor.

- ¡Les juro que no sé armar reactores nucleares, eran todos efectos especiales! – gritó al tiempo que los tres abandonaban la pieza y cerraban la puerta.
- Cuánto estrés… Che, Sherlock, ¿te quedó algún cigarrillo? – inquirió Nicolás, sacando con dificultad un encendedor de su bolsillo trasero.
- Sos un genio –grité-. Usá el encendedor para quemar las ataduras.
- Eh, sí… ¿Tenés un cigarrillo o no?

Pocos segundos después, los tres nos encontrábamos libres y listos para escapar. Tomamos nuestras pertenencias y salimos con cautela por la única puerta de la habitación. Llegamos a un pasillo, que tenía varias puertas nuevas. Nos separamos para asomarnos por las banderolas y chusmear las habitaciones.

- Acá no está la salida –susurró Nicolás. – Parece que están fajando a MacGyver. A que esta vez no se escapa, jaja.
- Miren esto, hay una maquinaria enorme acá –llamó Sherlock. – Ahí está la botella de Goliat, parece que quieren hacer cientos más. Miles de millones. ¡Millones de miles, por Dios!
- Hey –interrumpí- ¿esa no es la agente encubierta?

Los otros dos acudieron y entramos a la habitación en cuestión. La desatamos y le preguntamos por la salida. Ella nos mostró un plano hidráulico que había en la pieza, que nos guió para salir utilizando un caño de desagüe. Ya en la calle, paramos un taxi.

- Speed up, please. Hurry up!
- ¿Querés Seven Up, también? – ironizó el conductor, que resultó ser Tucán Sin Alas.
- Genial, veo que tienen todo planeado –festejó la agente.
- Eh… sí –contestó Tucán, quien todavía estaba resultando ser -. Por lo menos en cuanto al laburo. ¿A dónde vamos?
- Esperá –dije-. ¿Vos todavía tenés la botella de Goliat? ¿La tenés acá con vos?
- Sí, las calles de Londres están muy inseguras. Con decirte que ya me crucé a varios locos que transitan por la izquierda.
- Ja, no me digas que lo viste a Marx, a Fidel, a Nixon…
- Callate, Nico. ¡Entonces vamos a por los Rusos! Y apagá el relojito, que nadie te va a pagar.

Al poco tiempo ya teníamos un plan conciso. Mi brillante mente vinculó la bebida mortal con los planos hídricos del edificio, de modo que bastó con que Tucán Sin Alas y la mujer treparan a los techos, dieran con los tanques de aprovisionamiento acuífero y vaciaran allí todo el contenido letal de la botella. Ellos dos, Holmes, y yo esperamos algunas horas para luego ingresar.
El logro había sido notable. En la cocina descansaban los demacrados cadáveres de decenas de rusos. Nuestro éxito comenzaba a mostrarse.

- Bien, parece que finalmente acabamos con la poderosísima y temibilísima Mafia Rusa –concluyó Tucán Sin Alas.
- Esperá –advirtió la agente-, ¿en la Primera Parte de esta historia no habías dicho que la mafia era francesa?
- Ah, eso ya no tiene nada que ver conmigo. Eso lo tenés que hablar con el departamento de Redacción de Bladimir Producciones.

Sherlock Holmes se unió a nosotros con la recuperada última botella de Goliat lima-limón concentrada en sus brazos.

- De no ser por nosotros, estos rusos hubieran comenzado una terrible producción en serie.
- Claro, sí, no es joda.

Antes de que pudiera disfrutar mi propio chiste y regocijarme por él, asomó un grupo de rusos sobrevivientes que disparó hacia nosotros indiscriminadamente. Todos salimos corriendo hacia el taxi, donde nos esperaba, con el motor en marcha, Nicolás Repetto.

- ¡Uh, pintó bardo, suban que vamos!
- ¡Dale, arrancá!
- ¡Cómo pudo ser, deberían haber muerto todos!
- Qué idiotas fuimos, acá los planos señalan que en el cuarto piso hay un dispénser de agua frío-caliente a bidón, totalmente independiente de la red.
- Ja, los que hacen “bglouub”.
- Callate y manejá, que parece que nos siguen.
- Garrón, che, nos quedamos sin nafta.
- Y sin balas –acotó Tucán.
- Y sin lectores, la mayoría abandonó poco después de lo de MacGyver.
- ¿Pueden concentrarse? Creo que estoy herido –gruñó Sherlock. – Hagan una cosa, bájense del auto y sigan sin mí. Yo voy a tratar de detenerlos con la poca nafta y la poca salud que me quedan. Tienen que seguir derecho por esta calle. Aghh. Van a ver una plaza. Ahí nomás a la izquierda ahgg… a la izquierda está la estación de subte Plaza de Los Virreyes, que los va a llevar a casa. Apúrense, no tienen mucho tiempo.
- Quién hubiera dicho que Plaza de Los Virreyes no era un invento de los mapas…

Los cuatro bajamos y comenzamos a correr. Pudimos observar cómo Sherlock Holmes tomaba el volante, lo pasaba a gas, doblaba a su derecha y desaparecía de nuestra vista, dejando a los rusos detrás de nosotros.

- ¡Por eso lo dejé! – gritó un deslucido y linyera Watson, un poco venido abajo, cartón de Little Grape en mano. - ¡Siempre hace lo mismo, pasa que claro, Conan Doyle ésta no te la cuenta! ¡Alto garca sos, Sherlock! - Mientras su mano nos intentaba extender el vino y su brazo se negaba, se ahogó en suspiros que combinaban risa y llanto.
- Ah, parece que el chiste que rige esta historia es que los famosos estén siempre en la mala… -observé.

No quedó más que correr a toda prisa, aprovechando un oportuno “cambio de onda verde”, hasta dar con la plaza.

- ¡Miren, ahí está la estación, vamos! –jadeó Tucán.
- ¡Esperenmé un minuto! –jodió Nicolás. – Ahí hay una de esas cabinas de teléfono como las de la propaganda. Tengo que sacarme una foto con eso.
- Eh… mejor a la vuelta, ¿sí?

Saltamos los molinetes y llegamos a los andenes. Allí había, estacionada y con sus puertas abiertas, una formación.

- Nicolás, ¿podrás conducir esto?
- Trabajé durante algún tiempo de maquinista con los subtes de la línea C. Durante veinte años si mal no recuerdo. Pero es otra cosa, son otros vagones, otros motores... la palanca de éste es un poco más alta, y tiene una pequeña bola en la punta, no creo que pueda lograrlo.
- Me temo que no hay otra alternativa –dijo Tucán Sin Alas, blandiendo ahora su nociva botella. - ¡¡Afuera todo el mundo, salgan todos de este tren!!

Repetto tomó posición en la cabina. Se lo veía extremadamente nervioso. Miraba los cinco botones, la palanca, y se tomaba la cabeza con sus manos. Luego repetía la acción.

- ¡Rápido, ahí vienen!
- ¡Cerrá las puertas, Nico!
- Sí, creo que ya lo tengo. Uh, no, es el sapito.
- Dale, los tenemos encima.
- Ya está… qué boludo, el sapito otra vez. Esto es muy complicado, no voy a lograrlo.
- Córranse de la puerta – tercié. – Tengo unos explosivos en la mochila, tirá unas gotas de Goliat en la mecha y con eso los retengo un rato.
- Con cuidado.
- ¡Al piso todos!

La explosión detuvo a algunos rusos, pero otros siguieron avanzando hacia nosotros. Dos hombres ya estaban por entrar al tercer vagón, quizás siempre el más codiciado, cuando Repetto hizo sonar la alarma de las puertas, intimidándolos a no ingresar a la formación. Durante dos minutos sonó la alarma, hasta que nuestro conductor dio con el cierre de puertas, y luego logró ponerlo en marcha.

- ¡Sí, lo estoy haciendo! ¡Grandioso! ¡¡Esto es sin duda lo más complejo que he conducido en toda mi vida!!

El ruido ensordecedor del subte lidiando con las vías obligó a los rusos a taparse los oídos, cesando así el fuego. La velocidad fue subiendo, y pronto habíamos abandonado por completo la estación. Estábamos a salvo.

- Che, ¿y la botella? Todavía queda una botella, ¿no?
- El subte es el mejor destino para ella –reflexionó sabiamente Tucán Sin Alas.- Así es, la esconderemos en la caja del motor. Total, pasarán siglos hasta que Mantenimiento de Metrovías revise el funcionamiento de alguno de los trenes de la línea E.

Nicolás conducía desde la cabina, se lo veía contento. Hablaba por celular con mucha alegría, al parecer Canal 13 finalmente volvía a ofrecerle un trabajo para el verano. Tucán Sin Alas, hablaba entretenidamente con su compañera de operación. Ambos estaban relajados, con el gran alivio de haber terminado algo que parecía interminable.
Yo también estaba contento, y muy pensativo. Nuestra hazaña había sido magnífica, y estaba claro que el mundo debía conocerla. Tomé una pluma y unas hojas y me puse a pensar en cómo todo había comenzado. Y entonces empezaron a brotar de la pluma, una por una, las primeras palabras de lo que sin duda sería un sensacional texto:
"Martes, 23 de diciembre. 8:30 p.m.. Día lluvioso. Bajón de salchichas con mostaza en mi apartamento. El teléfono suena."


Fin

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Crónica de un embole

Ya ascienden a 76 los casos de alumnos muertos por embole en escuelas secundarias.

Esta mañana se velaron los restos mortales de un alumno más, Felipe Sensiter, en este caso de Capital Federal. Una vez más fue en una clase de historia, en esta ocasión a propósito de la reforma de Lutero, tema que lleva sólo 3 muertes en lo que va del año.

“Todo parecía normal, como si se hubiera quedado un poco dormido nada más” explica Camila Cildañez, ex compañera del difunto. “Pero en un momento, cuando la profe llevaba una hora y diez más o menos sin parar de hablar de Lutero y la gula papal, Felipe parecía demasiado desparramado en el banco. Recién cuando terminó la clase lo pude ver de cerca. Horrible”.
El Ministro de Educación se mostró preocupado y anunció que se dispondrá en el próximo trimestre una partida de $ 984 mil millones incorporar cuadros de Tinelli y Condorito en las aulas que reemplazarán aquellos “deslucidos” Sanmartines, Rivadavias, y al “puto de Belgrano”; y para renovar los anacrónicos repertorios de chistes de los docentes. “Eso de `usted no se olvida la cabeza porque la tiene pegada` debería castigarse con la pena de muerte. Eso es la inseguridad: que nosotros no podamos estar tranquilos mientras nuestros hijos están en el colegio”. Así defendió la política del fisco que también incluye operaciones quirúrgicas de transplante de glándula del humor para los casos en que haya pérdidas irreparables en los tejidos, lo que se supone que sucede con un 45% de los docentes, posiblemente debido a una recurrente asistencia a la sala de profesores.
Un equipo profesional del Ministerio de Asuntos Irrelevantes está estudiando la posibilidad de armar una lista con ejemplos de naciones sin estado, para evitar el constante sobreabuso de “gitanos” y “judíos” –ejemplo ya desactualizado- que se usa para explicar “un tema tan pelotudo”.

Nuestro cronista Atilio Kalobos estuvo presente en una clase de Educación Cívica en el Instituto Palermiano de Chetonga, y el embolómetro superó en varias ocasiones el máximo tolerable recomendado por la OMS (los 564 amarguemas). Sin embargo no hubo que lamentar muertos, dado que las 4 víctimas mortales -además de imbéciles- eran bastante fascistas.

“Los alumnos ya no sabemos qué hacer. Estamos cansados de tanto embole. ¿Qué esperan? ¿Más muertos todavía? Los docentes parecen máquinas de embolar más que seres humanos. Compórtense como personas adultas, parecen criaturas de 80, no de 30 ó 50”, señalaba esta madrugada una alumna del Normal Nº 4.

Mirtha Clotilde Matilde, preceptora jubilada, recuerda que en su época, hace unas 4 décadas, esto no pasaba. Claramente es uno más de los sinsentidos de este comienzo de milenio. Hace unos 40 años ciertamente la vida era mucho más monótona y aburrida, no había TV color, y la cantidad de canales no superaba la media decena. Esto hacía que el aburrimientus generalius –vulgarmente conocido como embole- no se presentara en una clase normal. Eran casos más bien excepcionales reducidos a algunas personas que viajaran mucho.

En el último boletín del CONICET se publican los resultados de las últimas investigaciones que arrojan datos elocuentes: lo que tienen que saber las mamis a la hora de elegir colegio:
_ Las peores profes son las que llevan más tiempo dando lo mismo igual.
_ Si tienen más arrugas más posible es que nuestro hijo fallezca.
_ Podemos darles unos auriculares a nuestros hijos y programar el celular para que autoenvíe un chiste cada media hora. Si las orejas se tapan con el cabello nadie lo notará. ¡Genial!

Qué debemos hacer según el ministro de Salud
Ante el menor síntoma de embole mencionar un chiste cualquiera, es recomendable que cada alumno tenga memorizados dos o tres “mamá mamá” o alguno “de gallegos” para intentar un salvataje antes de que llegue la ambulancia. Y recuerden todos: es preferible contar un chiste de más en medio de la clase y quedar un poco desubicado, que sufrir la pérdida de un compañero -sobre todo para nosotros, que sino tenemos que soportar a los padres, que son una cagada.
Si bien las cifras oficiales mencionan 76 alumnos muertos de aburrimiento, hay quienes hablan de unos 500 en todo el país, más casos de lesiones graves que no terminan en muerte. Cabe destacar que en tanto estos sucesos continúen, la única salvación para que el mundo no sea un total aburrimiento y hastío, será que esté sostenido por aquellos que nunca asistieron al colegio. Si es que eso no está ocurriendo ya.

etcéteras

¿Insatisfecho? ¿Hay acaso algo en tu ser que te pide más notas para estimular tu humor/intelecto? ¿No? ¿Seguro? Bueno, en caso contrario, Bladimir Producciones le sugiere leer más entradas, haciendo click con el botón primario del ratón en algún año de su agrado del "archivo del blog", en la columna de la izquierda. O si no, regrese a su aburrida rutina cotidiana de la vida real, ¡insulso peón oficinista!

Si estás en desacuerdo con la elección de La Nota Más Bizarra Del Blog, y creés que es otro el artículo que debe ocupar su lugar, comentalo en la publicación más reciente. Y evitá así pasar el resto de tu vida con la conciencia impura, sabiendo que faltaste a tu deber de lector. Un mundo mejor está en tus manos.